Despenalización, Consumo y Tráfico
Cuando la Corte Suprema de la Nación despenalizó la tenencia de marihuana para consumo personal el 25 de agosto pasado y antes del fallo mismo inclusive las voces en contra aseguraron que de esta forma se permitía la proliferación del consumo de esta y otras drogas.
Lo que los jueces han hecho en su fallo es despenalizar el consumo en adultos en los casos donde se practica en un ámbito privado y no implica peligros para terceros. Lo hicieron sólo para el consumo de marihuana y no para otras drogas.
Pasados cuarenta días del fallo nada indica que el consumo de cannabis o alguna otra droga haya aumentado a consecuencia del dictamen de la corte.
El pronunciamiento del máximo tribunal tiene dos aspectos a destacar en forma positiva.
En primer lugar ha puesto en claro una realidad que, a favor o en contra, aún no está socialmente aceptada: el uso de marihuana es hoy moneda corriente y no distingue edades.
En primer lugar ha puesto en claro una realidad que, a favor o en contra, aún no está socialmente aceptada: el uso de marihuana es hoy moneda corriente y no distingue edades.
Incluso el fallo continúa sin reconocer que la marihuana se consume abiertamente al aclarar que sólo no será penado el uso en el ámbito privado cuando de día o de noche y en lugares públicos el porro se ve y se huele.
En segundo lugar, pone sobre el tapete una discusión mucho más profunda sobre qué es lo que debe penalizarse: el consumo o el tráfico.
El tiempo ha demostrado que penar el consumo no detiene el tráfico de drogas ya que el tráfico de estupefacientes no disminuyó ni se detuvo. El fallo orienta a perseguir y condenar a los vendedores de drogas y narcotraficantes si el objetivo es combatir el tráfico y no en el último eslabón de la cadena.
Por otra parte si el consumidor es un adicto como sostienen quienes rechazan el fallo, déjenme decirles que un adicto es un enfermo y como tal no debería ser condenado si no recibir ayuda.
Este fallo interpreta la realidad y pone en situación a una ley de drogas que hasta el 25 de agosto pasado generó injusticia, vergüenza e inmoralidad.
Si no me creen pregúntenle a David G.
0 opiniones:
Publicar un comentario